Había una vez un “lumbreras” en el Ayuntamiento de Madrid que decidió privatizar los servicios que el Personal de Oficios prestaba en los Centros Culturales, de Servicios Sociales y Centros de Mayores. Estos trabajadores, vulgarmente conocidos como ordenanzas, vestidos con un anacrónico uniforme azul marino que recordaba al de los lacayos de siglos pasados, eran, sin embargo, muy queridos y respetados por los vecinos y usuarios de estas instalaciones.
Pero a Lumbreras no le caían bien. Armado de lo que él llamaba “nuevas teorías económicas” (que son tan viejas como el más rancio capitalismo) arremetió contra ellos argumentando que no eran más que un gasto inútil y que sería mucho más fructífero contratar esos servicios con empresas privadas, de esas que malpagan a sus empleados a cambio de un horario exhaustivo.
Y dicho y hecho. Después de los preceptivos concursos y aperturas de plicas, nuestro Lumbreras, con su traje nuevo, su maletín de piel, su corbata hortera y su amplia sonrisa de soplapollas triunfante, firmó los Contratos de Gestión Integral con los representantes de las empresas seleccionadas. Algún observador malicioso señaló que se intercambiaron guiños y… cheques. Pero, en fin, será algún calumniador que exagera por puta envidia. Lo cierto es que en enero de 2008 los nuevos empleados precarios de estas empresas tomaban posesión de los puestos de trabajo en los Centros Municipales. Durante un tiempo, el Personal de Oficios que cumplía con esas funciones tuvo que realizar labores de “maestro” con los nuevos trabajadores destinados a sustituirle, con el fin de que, al menos, supieran por dónde se andaban.
Poco después, a los compañeros se les da, literalmente, una patada en el culo y se los expulsa de lo que había sido su puesto de trabajo. Lumbreras no cabía en sí de gozo.
Los ordenanzas fueron amontonados en las Juntas Municipales, prácticamente sin ninguna función que realizar, pues en esas dependencias ya estaban ocupados los puestos de Personal de Oficios. Esta situación minó la dignidad personal y profesional de muchos de ellos.
Posteriormente se ofrecieron algunas plazas (no todas las necesarias) a las que podía optar por orden antigüedad este ejército excedente. Parques de Bomberos o Polideportivos eran muchos de los destinos, lugares en los que este tipo de personal no tiene mucho sentido y en los que continuó sin funciones específicas. Pero, naturalmente -¡faltaría más!- a estos compañeros había que seguir pagándoles. Quizás fue este pequeño detalle el que Lumbreras pasó por alto.
Hay que señalar que durante todo este proceso de privatización y reubicación de los trabajadores, los grandes sindicatos permanecieron en un silencio cómplice, sin reclamar la más mínima negociación que imprimiera algo de lógica en el desarrollo.
Ahora vamos a echar unas cuentas para demostrar cómo metió la pata Lumbreras, porque esperamos que sólo sea una metedura de pata; de lo contrario, sería mucho más grave.
Tomemos como distrito tipo a al nº 21, Barajas; después sólo tendremos que multiplicar el déficit resultante por el número total de distritos (21) para obtener la pérdida media total del Ayuntamiento en esta partida.
En el BOE del 18 de enero de 2010 se publicó el “Anuncio de la Resolución del Ayuntamiento de Madrid por la que se adjudica la licitación pública del contrato de gestión integral de los servicios complementarios de los edificios adscritos al Distrito de Barajas”.En dicho Anuncio se nos informa de que la UTE (Unión temporal de Empresas) formada por Licuas, S.A. y Seguriber Compañía de Servicios Integrales, S.L.U. ha sido contratada por el mencionado Distrito para la realización de los siguientes servicios:
-Gestión de inmuebles, instalaciones y actividades.
Información y publicidad.
Mantenimiento de equipos e instalaciones.
Seguridad y vigilancia.
Todo por un importe total de 1.618.881, 3 €
Antes, estos centros municipales eran atendidos por 17 compañeros de Personal de Oficios que cobraban como media un salario bruto de 1.521,85 €/mes.
1.521,85 x 17 compañeros x 14 pagas = 362.200,30 €/año
Siendo muy generosos, conociendo lo que ganan estas compañeras, añadiremos 210.000 €/año en limpieza.
Si la seguridad y vigilancia continuara en manos de la Policía Municipal y no en las de los chulos analfabetos que ahora la ejercen, el coste para el Distrito sería de 0€. Asimismo, si los Talleres Generales Municipales (fontanería, electricidad, carpintería, mecánica, etc.) no estuvieran siendo desmantelados, el coste de mantenimiento de las instalaciones también sería de 0€.
Continuemos la cuenta:
1.618.000,31 (UTE) + 362.000,30 (hay que seguir pagando al Personal de Oficios) = 1.981.081, 61 € (gasto actual)
Pero antes era de sólo: 362.200,30 (P.Oficios) + 221.000 (limpieza) = 572.000,30 €/año.
Luego la pérdida es 1.981.081,61 – 572.000,30 = 1.409.081,31 €
¡CASI UN MILLÓN Y MEDIO DE EUROS!
Multipliquemos ahora por los 21 distritos:
1.409.081, 3 x 21 = 29.590.707 € en todo Madrid.
¡VERGONZOSO!
Y mientras, el pueblo de Madrid cada vez con menos servicios esenciales y los empleados del Ayuntamiento ninguneados.
¡LUMBRERAS ¿QUÉ HAS HECHO?!
Lo que demuestra el atropello al que este personal ha sido y sigue siendo sometido es el nuevo Plan de Reordenación de las categorías profesionales del Personal de Oficios (POSI, PODO, POLMA y Oficiales de Edificios) que los responsables de Recursos Humanos han notificado pero que aún no han materializado en ningún documento. Nos tememos lo peor, es decir, que el Ayuntamiento quiera reducir gastos a costa de estas plazas que Lumbreras hizo sobrar.
Curiosamente, ahora CC.OO. y U.G.T (de CSIF y los demás ya no quiero ni hablar) sí reaccionan y en sus comunicados recientes culpan a la privatización de los Centros de esta situación ¡A buenas horas! ¿Por qué, en su momento, permanecieron inactivos? ¿No será que las elecciones sindicales están ya muy cerca?
Para C.G.T. la solución pasa por:
Rescisión de los contratos con las empresas privadas.
Remunicipalización de todos los servicios (incluidos los privatizados hace tiempo: limpieza, jardinería, profesores de cursos en Centros Culturales, mantenimiento, información al público, etc.)
Reciclaje formativo del Personal de Oficios a todos aquellos empleados que lo necesiten.
Recuperación de sus funciones en los Centros Municipales y, por tanto, de su dignidad personal y profesional.
En el Ayuntamiento de Madrid hay mucho trabajo y todos los puestos son necesarios, excepto los mucho más de mil ocupados por los Lumbreras.